La consolidación de morteros es otra de las técnicas usadas para conseguir la estabilidad de los muros de carga. Se evita la disgregación se rigidiza la capa exterior, consiguiendo la doble función de aumentar la protección respecto a los agentes atmosféricos y una mayor resistencia del elemento. La clave en éste caso está en asegurar la continuidad entre morteros nuevos y antigüos, y en realizar una consolidación que no afecte a otras características del elemento constructivo.