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Publicada el 2012-07-30

DE LORCA AL MUNDO

Curso apuntalamiento Lorca

Lo ocurrido en Lorca fue un aviso para navegantes. Sismólogos y profesionales del ámbito de la edificación coinciden en advertir que el terremoto de Lorca no debe quedar como un suceso aislado que, por doloroso, es mejor olvidar cuanto antes. Todo lo contrario. Nos hace tener presente que parte de las provincias de Alicante y Murcia se encuentran en zona de riesgo sísmico, y que, por tanto, es mejor estar preparados.

Lorca fue un involuntario campo de pruebas del que se pueden extraer muchas lecciones para el futuro aquí o en cualquier otro sitio. Bajo esta premisa, la empresa alicantina Urbana de Exteriores -dedicada al campo de la rehabilitación- tomó la decisión de exportar la experiencia que sus técnicos adquirieron en Lorca, sobre todo en la fase de emergencia en la que participaron como voluntarios, y se ha convertido en una de las pocas empresas de España en ser incorporadas por Naciones Unidas al registro internacional de sociedades con especialización suficiente para atender emergencias en cualquier lugar del mundo.

«Pensamos que no había que olvidar tan rápidamente lo ocurrido en Lorca. La experiencia y la respuesta a los problemas que fueron surgiendo sobre el terreno fueron lecciones que pueden aplicarse en otros sitios. Esa experiencia adquirida no debía quedarse sólo en el ámbito local. Por eso decidimos emprender una nueva vía de especialización que fuera exportable a nivel mundial, y que acabó llevándonos a ofrecer nuestros servicios a la ONU» relata Daniel Pérez, socio de Urbana de Exteriores.

La idea de saltar al terreno internacional surgió a raíz de todo lo vivido en Lorca los días inmediatamente después del terremoto. Tres técnicos de la empresa alicantina acudieron como voluntarios a aportar su formación y experiencia profesional frente a una situación extrema que puso de manifiesto, según Daniel Pérez, la carencia de técnicos cualificados para evaluar con más eficacia los riesgos de derrumbe, así como la falta del instrumental adecuado para garantizar la seguridad de los edificios dañados.

El trabajo con los bomberos fue muy estrecho, y aquella experiencia compartida creó lazos personales que trajeron consigo nuevas líneas de cooperación más allá del suceso de Lorca. Fue así como empezaron a colaborar con la ONG Bomberos en Acción, a la que pertenecían algunos de los efectivos con los que habían trabajado hombro con hombro durante los días posteriores a aquel fatídico 11 de mayo de 2011 que dejó tras de sí nueve muertos, centenares de heridos, y miles de hogares destruidos.

Hasta Haití

Según relata Daniel Pérez, Bomberos en Acción estaba buscando técnicos dispuestos a participar en un proyecto humanitario de construcción de refugios en Haití que estaban desarrollando en colaboración con la Universidad Católica y el Colegio de Arquitectos de Murcia.

La iniciativa persigue mejorar las condiciones de vida de los damnificados por el terremoto que asoló Haití el 12 de enero de 2010, ya que una parte de la población continúa viviendo en improvisadas tiendas de campaña que no reúnen unas mínimas condiciones de habitabilidad. Sensibilizados con todo lo vivido en Lorca, dos técnicos de la empresa alicantina, Marian Egea y Vicente Medina, decidieron viajar a las Antillas en noviembre del pasado año para participar como voluntarios en este proyecto. Ambos fueron los encargados de coordinar la ejecución de los primeros refugios que vieron la luz en la ciudad de Grand Goave, situada a unos 50 kilómetros al sur de Puerto Príncipe.

Según relata Marian Egea, la idea original era utilizar, como elemento constructivo principal, sacos de polietileno rellenos con escombro triturado. De este modo, de daba una utilidad al numeroso material de derribo generado por el seísmo, y cuya retirada, afirma la técnico de Urbana de Exteriores, «se ha convertido en uno de los principales problemas del país». Una vez sobre el terreno, decidieron intentar dar a las construcciones una mayor durabilidad y se optó, finalmente, por rellenar los sacos con hormigón pobre. Ambos técnicos fueron los encargados de coordinar y supervisar la construcción de diez refugios que han dado cobijo a una decena de familias. La parcela fue acondicionada con la instalación de letrinas y de un sistema de recogida de aguas pluviales. Los refugios, explica Marian Egea, son una solución temporal hasta que avancen las labores de reconstrucción del país, aunque, debido a la difícil situación social y económica de Haití, probablemente acabarán siendo sus casas definitivas.

Y de ahí, a la ONU

La incursión como voluntarios en el proyecto de Bomberos en Acción puso en contacto a los técnicos alicantinos con personal de Naciones Unidas presente en Haití. La experiencia de Lorca como valor añadido, y la inquietud de especializarse en trabajos de apoyo técnico en aquellos casos de desastres naturales que puedan ocurrir en cualquier lugar del mundo, fue lo que llevó a esta empresa a profundizar en la idea de trabajar en el ámbito internacional.

Se dieron a conocer en tres secciones diferentes de Naciones Unidas: la Oficina de Servicios para Proyectos de la ONU (UNOPS) - encargada de apoyar a los países en situación de emergencia o post conflicto-, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). El resultado, fue su inscripción, hace un mes, en el registro de empresas de Naciones Unidas, requisito indispensable para poder optar a la licitación de cualquiera de sus proyectos a nivel mundial.

El suceso de Lorca marcó a mucha gente. Y hay quien cree firmemente que de cualquier crisis siempre puede extraerse alguna lectura positiva. «Después de lo vivido en Lorca nosotros tenemos claro que, ante una catástrofe, sea como empresa o sea como voluntarios, de una manera o de otra vamos a estar», asegura Daniel Pérez.
Urbana de Exteriores está desarrollando en estos momentos en Lorca 28 proyectos de rehabilitación, de los cuales 12 tienen que ver con edificios considerados patrimonio histórico. Entre ellos se encuentra el palacete de principios del siglo XVIII conocido como 'Casa de los Mula', o la denominada 'Casa de los Arcas' perteneciente al siglo XIX.

Fuente: La Verdad